Laurel Black terminó de maquillarse frente al tocador de la suite en donde estaba hospedada. Sentía ese hormigueo en la garganta que sentían todos los de su clase cuando necesitaban alimentarse. Cuando tenían sed.
Laurel era una vampiro, y no cualquier vampiro. Hija de Louis Black, uno de los 15 vampiros más sanguinarios e importantes que hubo nunca. Laurel había sido su única hija, el otro había sido un varón. Louis había sido un hombre de mujeres, para él había siete mujeres por semana. Todas diferentes. Hasta que conoció a Amelia. Y todo cambió, porque se enamoró. Amelia era una humana, Louis se alimentaba de ella, pero siempre se contenía para que ella tuviera la sangre suficiente para vivir. Amelia quedó embarazada...y fue el primer embarazo que hubo nunca, entre un humano y un vampiro, porque lo que se acostumbraba entonces era transformar a la pareja en vampiro, si esque ya no lo era. Amelia le dio nacimiento a Froid, y un año después nació Laurel.
Louis mató a Amelia poco tiempo después, porque ésta ya no tenía fuerzas suficientes para seguir viviendo. Louis bebió su sangre, mientras le hacía el amor. Pero antes Louis se encargó de que Amelia creyera que no había nada mejor que la muerte, ella deseó morir.
Laurel y Froid habían tomado caminos separados hacía ya bastante. Louis los había abandonado cuando Froid tenía nueve, y ella ocho años. Nunca se habían vuelto a ver. Laurel por su parte había crecido sola. Se había criado sola, y se había convertido en el monstruo que ahora era, sola. Su padre se encargaba de hacerle llegar dinero, aunque era obvio que no lo necesitaba. Laurel podía convertir lo que tocaba en otra cosa con solo desearlo, aunque cualquier otra persona hubiera dicho que su poder era el de la seducción. Como todos los 19 vampiros que había como ella -eran tan pocos porque en los tiempos modernos se acecinaba a todo aquél que no fuera hijo de dos vampiros-, había crecido, y había parado de hacerlo cuando había querido. Aún podía cambiar de edad cada que se le antojara. -cosa que los vampiros normales (sin bastante poder) no podían hacer.
Laurel tenía la edad fisica de 21 años en este momento, aunque tenía la edad mental (y vivida) de más de tres siglos. Se había adaptado perfectamente a los cambios. Había crecido teniendo todo lo que quería. Laurel era hermosa. Y era también una vampiro bastante peligrosa, una vampiro temida por otros vampiros bastante poderosos, una vampiro que podía consumir la sangre de una virgen dos veces al año, en lugar de una, y una vampiro famosa por poder seducir a cualquiera. Incluso aunque cualquiera se tratase de un hombre casado, bastante leal a su esposa.
Ese día Laurel iba en camino a un festín que organizaba cualquier otro vampiro, para que los vampiros conocieran a otros. No es que a Laurel no la invitaran a fiestas, solía estar muy ocupada como para deleitar a los otros con su presencia.
Antes de irse, Laurel se puso labial rojo en los labios, mientras por el espejo le hechaba una mirada al cuerpo sin vida de un hombre de 27 años, desnudo y muy guapo que yacía sobre su cama. Se preguntaba por qué entre más bebía sangre, más sed sentía.
Laurel había hecho eso desde que había cumplido los 16 años de vida. Había seducido a su presa, la había llevado a su cama, y justo mientras tenían sexo, Laurel los había matado. A todos y cada uno de ellos. Ninguno había salido con vida. Y todo había sido por un error que Laurel había pretendido haber olvidado, pero que nunca lo haría.
La muerte de Petter.
Petter era un humano de 19, cuando Laurel tenía 16. Laurel había estado enamorada de él, él habría entregado su vida por ella. Pero el mundo de Laurel tenía reglas, y por el bien de ambos ella había mantenido en secreto su vampirismo. Él jamás lo había sospechado.
El día de la muerte de Petter fue el día que Laurel jamás olvidaría, el día en que él había llegado a su casa más temprano de lo que habían quedado, y ella no había tenido tiempo de alimentarse.
Petter era bastante guapo -ojos negros como la noche, igual que su cabello.- Tenía cara de malo, y era sensual. Le había pedido a Laurel varias veces que hicieran el amor, y ella se había negado. Pero ese día había perdido el control cuando Petter llegó a su casa con un ramo de rosas rojas y una botella de champaña.
Laurel había bebido demasiado como para no negarse cuando él le quitó el vestido, cuando él contemplo cada una de las partes de su cuerpo, observandola detenidamente por un tiempo que a ella se le antojó muy largo. Después empezó a besarla, y Laurel no se aguantó las ganas. Petter sabía como hacerlo, y ella se dejó llevar por sus instintos...y se dejó llevar demasiado, porque en un momento de exitación Laurel lo mordió.
- Ahh! -se quejó él llevandose la mano al cuello, donde ella le había mordido. Laurel rió cuando él notó la sangre. Él siguió besandola. La sangre del cuello de Petter se derramó manchando las sabanas blancas de Laurel, manchandola incluso a ella. Por su naturaleza, Laurel no podría tener control en un momento así, además estaba tomada y no había bebido sangre en dos días...y no se controló.
Había amanecido al día siguiente desnuda, junto al cadaver del único ser al que había amado.
Y desde eso Laurel era perversa. Y desde eso tenía la costumbre de no dejar vivo a ningún ser con el que tenía sexo, a menos de que fuera vampiro de su agrado.
Hoy Laurel caminaba en tacones de 15 centimetros negros, vestida con un muy corto vestido negro que apenas dejaba algo a la imaginación, con las uñas rojas. Rojo sangre. Hermosa, como siempre. Antes de irse dejó marcados un beso con el labial en la mejilla del chico que había matado. Sonrió y salió de la habitación.
---------------------------
Sí damas y caballeros, un nueva historia . Y sí, tambien de vampiros. "predecible" pensarán ustedes. Pero eso es porque aún no saben nada sobre la historia. Será todo menos predecible. Espero que sea de su agrado. La historia no siempre estará contada en tercer punto de vista. ¡Cuento con su apollo y sus comentarios!
Hola Carolina!
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog: aunque que lastima que no te deje hacerte seguidora.
Me encanto el prefacio, se nota que tu historia va a ser muy buena, estoy ansiosa por leer la siguiente entrada :)
Te Sigo ;D
Besos
Hum... Interesante forma de morir. Laurel es igual a su padre: ambos mataron a las personas que amaban de la misma manera.
ResponderEliminarLa historia se ve interesante, así que cada vez que subas me veras por aquí molestándote xD
Pobrecitta!!!(aunke es un poco sádica¬¬)
ResponderEliminarEsta historia esta muu bien
Te sigo ^_^
Luna